sábado, 28 de junio de 2014

Pablo Escobar: 20 años después de su muerte


El más grande capo de la historia de Colombia fue abatido el 2 de diciembre de 1993
Familiares del capo conmemoraron su muerte y pidieron perdón a sus víctimas.

En el vigésimo aniversario de la muerte de Pablo Escobar, su hermana menor, Luz Marina Escobar, afirmó que el capo colombiano "está vivo todavía para todas las personas que tanto lo odian como lo quieren".

Luz Marina está convencida de que el espíritu del narcotraficante, a quien se le atribuyen al menos 5.000 asesinatos, sigue vivo, en sentido figurado, y advierte que "mucha gente no cree que le mataran".

El extinto narcotraficante, abatido el 2 de diciembre de 1993 por el Bloque de Búsqueda de la Policía, en el tejado de una casa de la ciudad de Medellín, es recordado tanto por sus actos de barbarie, como por sus obras benéficas, hechos por los cuales muchas personas se resisten a creer que aquel hombre que llegó a tener tanto poder, pudiera morir aquella fecha.

Cuenta Luz Marina que incluso su padre, Abel de Jesús Escobar Echeverri, hasta su muerte en 2001, seguía pensando que Pablo "se le iba a aparecer como tantas otras veces que habían dicho que le habían capturado y llegaba luego a tocar la puerta".

La menor de los hermanos Escobar Gaviria afirma que cada semana acude al cementerio Jardines Montesacro a limpiar y arreglar con flores la tumba de su hermano, y es por eso que pregunta: "¿Usted cree que yo iba a botar tiempo de mi vida viniendo a hacerle visita a nadie?".

Durante estos veinte años la familia del capo ha tenido que atravesar dificultades por llevar su apellido. Las amenazas de sus enemigos, el rechazo de parte de la sociedad y la obligación de pasar parte de su vida en el anonimato.

Luz Marina, quien se ha encargado de los actos conmemorativos de la muerte de Escobar, asegura que no deja de querer a su hermano, pero siempre ha pensado que puede hacer algo por las que fueron sus víctimas.


Pablo venerado y odiado
La imagen del Pablo social, que regalaba casas y escenarios deportivos y el Pablo terrorista que hacía estallar bombas en aviones en pleno vuelo, sigue hoy en el imaginario colectivo de los colombianos.

Cuenta Luz Marina Escobar, que en México una señora le contó que tenía la foto de Pablo y la de la Virgen de Guadalupe al lado en altares. 

Los recorridos por los lugares clave en la vida del capo, que llegó a ser el hombre más rico del mundo en 1989 según la revista Forbes, las series de televisión que cuentan su historia y hasta la venta de estatuas de Escobar enfundado en un traje de Robin Hood alimentan el mito que le rodea.

Aun hay quienes paran a los familiares de Escobar por la calle y les cuentan lo agradecidos que están por los parques, canchas y viviendas que el capo mandó construir a principios de los ochenta en barrios populares de Medellín con los recursos que obtenía del narcotraficante.

Muchas de esas personas se acercaron ayer a la tumba del capo, para conmemorar el que sería su cumpleaños número 64. Pablo fue dado de baja un día después de cumplir 44 años de edad.

El presidente Santos reconoció desde Bogotá, en medio de los actos de reconciliación con las víctimas del narcotraficante, que ese negocio ilícito no terminó con el fallecimiento de Escobar y que por el contrario aun queda mucho por hacer.

A pesar de esto, con la muerte de Escobar se puso fin a un periodo sangriento en la historia de Colombia, en el que con bombas y redes sicariales se truncaron las vidas de más de 5 mil personas, cuyas muertes son atribuidas a Pablo Emilio Escobar Gaviria.

De acuerdo con la policía, después de la muerte del capo, han sido capturados 866.526 narcotraficantes, de los que 1.743 han sido extraditados; se han incautado 1.636.615 toneladas de cocaína y derivados, y se han reducido en un 70 % los cultivos ilícitos de hoja de coca.

Por su parte, Juan Sebastián Marroquín, hijo de Pablo Escobar y quien cambió su apellido para poder vivir tranquilo en Argentina, dijo hoy en una entrevista al diario austríaco Die Presse que su padre sigue siendo usado como un "chivo expiatorio", para que políticos, miembros de la fuerza pública y militares, se puedan lavar las manos en diferentes crímenes. "Mi padre asume la culpa de todo, ya que no hace falta seguir hablando ni investigando. Así están todos satisfechos", afirmó.

1 comentario:

  1. HIZO EL BIEN Y TAMBIEN EL MAL, CADA QUIEN TOMA Y VE LA VIDA DE PABLO ESCOBAR DE ACUERDO A LO QUE RECIBIO,,,

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